Madness

Ecos, sólo escucho ecos
de las voces que antaño me acompañaban.
Pero ya no están presentes.
Ellas también me han acompañado.
Se supone que estoy loca.
Al menos eso certifica mi historial médico,
el cual ha ido engordando a lo largo
de mis veintitantos años de existencia.
Mi vida no es tan gris como te pueda parecer.
Tengo la firme convicción, avalada
por mi propia experiencia tras dos años
fuera del centro,
de que estar loco tiene sus ventajas.
La principal de ellas se concreta en
la existencia de mi propio universo interior,
de sensaciones, de conversaciones
y silencios conmigo misma.
Desde que salí del centro,
creo haberme convertido en una persona
mucho más observadora de todo lo que me rodea.
Mi capacidad para procesar información
se ha visto notablemente incrementada
en estos últimos años,
básicamente desde que recibí el alta médica.
Estoy segura de que tú que me lees
habrás dudado en alguna que otra ocasión
a cerca de tu propia salud mental.
Estate tranquil@.
Yo pienso que al final
los únicos locos son los cuerdos.
Pero ya no oigo a mis voces,
aquellas que al fin y al cabo siempre cuidaban de mí.
Y temo estar recuperando la cordura...
Y estar volviéndome realmente loca.